EL MUNDO DEL ESPÍRITU

Hemos entrado al mundo del Espíritu. Nuestra siguiente tarea es crecer en entendimiento y eficacia. 

Este no es un asunto para resolver de la noche a la mañana. 

Es una tarea para toda nuestra vida.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 78-79

La palabra «entrado» . . . y la frase «entrado al mundo del Espíritu» son muy significativas. 

Implican acción, comienzo, participación, un prerrequisito para mantener mi desarrollo espiritual, ya que el «Espíritu» es la parte inmaterial de mi ser. 

Las barreras de mi desarrollo espiritual son el egocentrismo y un enfoque materialista de las cosas terrenales. 

Espiritualidad significa devoción a lo espiritual y no a las cosas mundanas; significa obediencia a la voluntad de Dios para mí. 

Según lo veo yo, las cosas espirituales son: amor incondicional, alegría, paciencia, bondad, amabilidad, fidelidad, dominio de sí mismo y humildad. 

Cuando dejo que el egoísmo, la deshonestidad, el resentimiento y el temor sean parte de mi ser, estoy obstaculizando las cosas espirituales. 

Según voy manteniendo mi sobriedad, el desarrollo espiritual se convierte en un proceso de por vida. 

Mi meta es el desarrollo espiritual; reconozco que nunca lograré la perfección espiritual.

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