EL AMOR EN SUS OJOS

Algunos de nosotros no creemos en Dios, otros no podemos creer, y hay otros que, aunque creen en Dios, no alcanzan a esperar que El haga el milagro.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 27

Los cambios que yo veía en la gente nueva que llegaba a la Comunidad eran lo que me ayudaba a perder mis temores y transformar mi actitud negativa en positiva. 

Podía ver el amor en sus ojos y estaba impresionado por la gran importancia que para ellos tenía su sobriedad de «Un Día a la Vez». 

Honradamente habían considerado el Segundo Paso y llegaron a creer que un poder superior a ellos mismos estaba devolviéndoles el sano juicio. 

Esto me infundía fe en la Comunidad y la esperanza de que podría funcionar para mí también. 

Llegué a darme cuenta de que Dios era un Dios bondadoso y no aquel Dios castigador a quien había temido antes de unirme a A.A. 

Además, me di cuenta de que El había estado conmigo en todas esas ocasiones que estuve en dificultades antes de llegar a A.A. Hoy yo sé que fue El quien me condujo a A.A. y que yo soy un milagro.

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