RENUNCIAR A LA DEMENCIA 

. . . en lo que concierne al alcohol hemos sido extrañamente dementes. 

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 36

 

Lo quisiera o no, el alcoholismo requería que yo bebiera. La demencia dominaba mi vida y ésta era la esencia de mi enfermedad. 

Me robaba mi libertad de escoger respecto a la bebida y, consiguientemente, me robaba todas las demás opciones. 

Cuando bebía no podía tomar decisiones efectivas referentes a cualquier aspecto de mi vida y ésta se convirtió en inmanejable. 

Le pido a Dios me ayude a entender y aceptar el significado total de la enfermedad del alcoholismo.

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