ENFOCAR Y ESCUCHAR
Existe un encadenamiento directo entre el examen de sí mismo, la meditación y la oración. Tomadas separadamente, esas prácticas pueden traer mucho alivio y beneficio.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 105
Si hago primero mi autoexamen, entonces tendré, sin duda, la suficiente humildad para orar y meditar – porque veré y sentiré la necesidad de hacerlo.
Algunos prefieren empezar y terminar con la oración, dejando un intervalo para el autoexamen y la meditación, mientras que hay otros que empiezan con la meditación, esperando el consejo de Dios respecto a sus aún desconocidos o no reconocidos defectos.
Hay todavía otros que hacen su trabajo por escrito y terminan con una oración de alabanza y gratitud.
Estos tres – el autoexamen, la meditación y la oración – forman un círculo sin principio ni fin. Dondequiera o como quiera que empiece, acabo llegando a mi destino: una vida mejor.